La Recomendacion del Chef

Fragmentos salidos del horno una vez a la semana. El autor recomienda: el amor embotellado o la muerte enjaulada.

martes, 1 de junio de 2010

La fuente de los Deseos

¿Cómo era posible?, Claudia era su mejor amiga, la tratara como la tratara, no podía ni pensar en hacerle eso, sería lo peor. Carolina había hecho hasta lo imposible por evitarlo, pero cada día se le hacía más evidente que se estaba enamorando de él.
- por favor, dame una señal; pidió sujetando entre sus palmas la moneda; dime qué es lo que tengo que hacer…

- ¿viniste a pedir un deseo?-, escuchó entonces la chica, y se volteó sorprendida.
- ¿qué?-
- que si viniste a pedir un deseo; repitió Juan Daniel; tú sabes, por lo de que es una fuente mágica-
- ah. Sí, sí eso trataba de hacer; dijo la chica jugando con la moneda que todavía no arrojaba al agua; pero supongo que es algo tonto, ¿no?-
- no lo sé; respondió el chico sacando una moneda de su bolsillo; pero creo que yo vine a hacer lo mismo-
La chica sonrió entonces, y volvió a mirar a la fuente. Si esta era la señal que había pedido, entonces debía ser una muy confusa, porque ahora sus dudas se habían vuelto mucho más serias.
- ¿qué ibas a pedir?-, dijo después de un momento Juan Daniel
- yo… no sé exactamente; contestó Carolina sonrojada; creo que solo quise ver si funcionaba-
- no te creo; rió Juan Daniel; dime la verdad, prometo no reírme, ¿qué viniste a pedir?-
- en serio, no es nada en particular-, mintió de nuevo la chica
- bueno, si tú lo dices-
Hubo un minuto de silencio
- y, ¿tú?; dijo Carolina sin decidir si continuar o no con la conversación con Juan Daniel; ¿qué viniste a pedir?-
- claridad-
- ¿ah?-
Juan Daniel sonrió mirando a la fuente
- bueno, es un poco tonto pero creo que no puedo entenderme nunca con Claudia. No importa mucho cuanto la quiera, o que tan interesada esté ella en mi, siempre parece que hablar entre nosotros fuera complicado-
- ¿por qué dices eso?-
- no lo sé, es como si me costara ser yo mismo con ella-
- Claudia es muy exigente con todos los que están cerca de ella; rió Carolina; perdón, no pienses que me rio de ti, solo…
- sí, lo sé; rió también Juan Daniel; probablemente eso es verdad-
- bueno, de todos modos no está bien que nos burlemos de eso. Pero te entiendo, yo soy su mejor amiga, y siempre me siento como si no fuera suficiente para ella tampoco-
- dímelo a mí. Siempre estoy tratando de estar a la altura de lo que espera pero…
- a veces te preguntas si está enamorada de ti o de la idea que se hace de ti-
- exacto-
Una vez más, ambos chicos permanecieron en silencio
- ¿sabes, Carolina?, me encantaría poder hablar con ella como estoy hablando contigo ahora. Digo, siempre puedo hablarte como si no hubiera ninguna condición de por medio, solo decir lo que pienso-
- ¿en serio?-
- sí, es más, a veces me pregunto…
- ¿qué?-
- no sé, que pasaría si… no, ¿sabes qué?, olvídalo-
- bueno-, dijo la chica todavía mirándolo nerviosa
- nos hemos hecho buenos amigos, ¿verdad?-
- claro-, contestó Carolina sonriendo nerviosa, y luego trató de acercarse un poco a Juan Daniel para abrazarlo, pero pisó sin querer uno de los charcos que se habían formado alrededor de la pileta, y resbaló hacia adelante. El chico avanzó entonces, y la sujetó velozmente antes de que pudiera caer al suelo. Luego, ambos se quedaron muy quietos, sujetándose uno al otro.
- gracias-, dijo Carolina en voz baja, casi susurrando
- de nada-, le respondió Juan Daniel mirándola profundamente a los ojos
De un momento a otro, las manos de ambos chicos se relajaron, y sus posturas también. De sujetarse para no caer, habían pasado a abrazarse suavemente frente a frente.
- quiero mucho a Claudia, ¿sabes?-
- sí, lo sé-
- y tu eres…
- su mejor amiga-
- y yo soy…
- su novio-
- y… ¿qué le ibas a pedir a la fuente de deseo?-

Carolina cerró los ojos, se empinó y besó a Juan Daniel, que se quedó inmovilizado por un segundo, pero luego respondió el beso, acariciando suavemente el cabello de la niña.
- esto no está bien-, dijo ella.
- no, Claudia nos va a matar cuando se entere-, contestó Juan Daniel, y volvió a besarla suavemente

Al fondo de la fuente, la moneda que había resbalado de las manos de Carolina relucía por encima de todas las demás. Quizás esa si era una fuente mágica después de todo.

[Aperitivo de "Psíquicos Entre Nosotros"]

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