La Recomendacion del Chef

Fragmentos salidos del horno una vez a la semana. El autor recomienda: el amor embotellado o la muerte enjaulada.

lunes, 28 de junio de 2010

Soñando Despierto

- esta es la casa que dibujé, ¿verdad?, es como la maqueta que armamos para estudios sociales-, dijo Ernesto sonriendo sin poder creer lo que veía. Estaba exacta, como en su imaginación y sus diseños (y obviamente sus sueños), desde el techo a dos aguas, hasta los inmensos ventanales del segundo piso, el patio y los juegos que había dicho haber puesto por si tenía hijos.
- dime, ¿tienes como saber si la Alejandra del mundo real se dio cuenta de que los juegos en realidad los puse para mí?-
- Ernesto, soy más inteligente que tú hasta aquí, en tus sueños; ¿tú qué crees?; le contestó Alejandra sonriendo, y luego lo tomó del brazo; ¿quieres verla desde adentro?-
- sí, claro pero, ¿se puede?, porque parece que hay alguien viviendo ahí-
- es tu sueño, ¿te acuerdas?, ahí vivimos nosotros-
- buen punto-, dijo el chico, y luego cerró los ojos. Al abrirlos, ambos se encontraban ya sentados en un sofá color café, en medio de la inmensa sala de estar que Ernesto mismo había diseñado con cuidado para su proyecto de estudios sociales de la casa de ensueño.
- es perfecta, justo como la diseñé; exclamó el chico levantándose para mirar la chimenea que mandaba en el centro del salón; ¿aquí vamos a vivir realmente si decido ser arquitecto?-
- no estoy segura. Tú deseaste ver cuál era tu futuro y esta es la respuesta de tu consciencia. Probablemente sí sea lo más seguro, porque tu siempre eres muy realista con tus metas-
- ¿aunque esté soñando?-
La chica le sonrió y luego se encogió de hombros.
- bueno pero y, ¿qué mas hay?-
De pronto, sonó el timbre, y el chico se volvió a mirar la puerta. Las lunas permitían ver dos pequeñas siluetas, muy similares entre sí.
- ¿y eso qué es?-
- ábreles la puerta y verás-
El chico miró extrañado a su amiga. Luego caminó lentamente, entre toques seguidos de timbre, y se tomó un momento para respirar antes de abrir la puerta.
- ¡papi, ¡Micaela se tomó mi jugo antes del almuerzo y estuve muriéndome de sed todo el día!-, fue lo primero que escuchó apenas hubo girado la perilla. Una de las dos pequeñas siluetas había saltado a sus brazos y ahora lo tomaba del cuello firmemente apoyada en ellos. Era una niña, de no más de siete años, con cabello castaño larguísimo y que cargaba una maleta en la espalda.
- ¡no es cierto!; replicó la otra niña, que había entrado no mucho más civilizadamente a la casa arrastrando una maleta igual a la de su hermana; ¡Anto se olvidó de su jugo en la mesa y agarró el mío. Yo solo fui a recuperarlo!-
- ¡era mío, el frasco tiene mi nombre!-
- ¡solo porque se lo pusiste en clases cuando no te miraba!-
- niñas, basta; interrumpió entonces Alejandra, viniendo con un frasco de jugo en la mano; Micaela, encontré tu frasco de jugo en el sofá. ¿Estuviste mirando televisión en la mañana antes de ir a la escuela aunque te dije que no lo hagas?-
- no mami, no sé cómo llegó ahí-, dijo la niña sonriendo disimuladamente
- no sabes, ajá. Bueno, entonces discúlpate con tu hermana por tomarte el jugo y haber dicho que se había robado el tuyo-
- lo siento-, dijo la niña mirando aburrida a su hermana, todavía en brazos de Ernesto
- te dije que era mío-, le contestó la chica sacándole la lengua a manera de burla
- tú también sé amable Anto, Mica es tu hermana. Ahora, vayan las dos a lavarse las manos, el almuerzo ya está servido-
- si mamá, dijeron ambas niñas, y la que Ernesto tenía en brazos le dio un beso, saltó al suelo y corrió junto con su hermana hacia el baño.

El chico estaba en shock.
- no te sorprendas tanto, así se verían las niñas si tuviéramos gemelas-
- ¿vamos a tener gemelas?-
- ¿por qué no?, tú tienes gemelas en tu familia. Sería una posibilidad-
- ni siquiera sabía que quería tener gemelas-
- pero ahora lo sabes; dijo Alejandra sonriendo; y también las quieres mucho, aunque Micaela tiene tu carácter, por eso te da más problemas que Anto-
- ¿de verdad?-
- sí. Anto sacó mi caracter y Mica el tuyo, aunque anto es tan terca como tú, y Mica es tan inteligente como yo. Realmente tienes que dejar de sorprenderte tanto-, contestó divertida la chica, y luego tomó a Ernesto de la mano y lo llevó a la mesa del comedor.

- yo ni siquiera pienso en ser papá-, dijo sentándose, todavía un poco paralizado por la sorpresa
- sí piensas, muchas veces, solo que no te das cuenta-
- ¿a qué te refieres?-
- es que el deseo de ser papá está en todas las cosas que haces como amigo, o como enamorado incluso. Muchas veces tratas a Catalina como si fuera tu hija, sin darte cuenta. Te preocupas por tantas cosas, y la engríes tanto que estoy segura de que la yo del mundo real a veces debe creer que más la ves como a una hija que como a una enamorada-
- eso suena horrible-
- lo sé, tienes una mente muy rara-, le respondió Alejandra; y luego las gemelas llegaron corriendo del baño y se sentaron.
- oye, ahora que lo dices, me había olvidado por completo de la existencia de Catalina. Cómo es posible que la olvide dentro de mis sueños, es mi novia-
- no lo sé. Aquí solo está lo que ves en tu futuro-
- ¿entonces no debería estar teniendo esta conversación con ella?, digo, ¿por qué estás tú en su lugar?-
- dime tú-, le respondió la chica sonriendo recostada en la mesa con la cabeza apoyada sobre los brazos.
(...)

[Aperitivo de "Caminando Dormido"]

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